domingo, 8 de noviembre de 2009

Cerrando bares, abriendo heridas...


Domingo. Tipical domingo.

Siempre se suele escuchar "que hay solución para todo", anoche salí sin saber que me dedicaría a buscarla en el fondo de un vaso de tubo acompañado por alcohol y hielos, 4 vasos de tubo, uno de plástico mucho más grande e innumerables y chuquititos de chupitos encontré la solución a todos mis problemas, lamentablemente por la mañana no lo recordaba.
Encendí un cigarro sentada en aquel barril de cerveza y removiendo mi copa con esas pajitas fantasma me puse a pensar, y me di cuenta que algo solo algo muy pequeño me importas porque si no, no explicaría esa mezcla de furia e impotencia al conocer tu paradero.
En casa, estabas en casa seguramente a esas horas ya dormido estarías algo mejor en la cama ¿y yo qué? pues pensando y pensando, tachando días, sumando horas, reuniendo fuerzas, contando besos... así fue como cerramos el bar entre canciones tristes, abrazos tontos, y humo de tabaco.
Volví a casa y al tumbarme en la cama no pude evitar volverme a hacer esa pregunta, bueno la pregunta: "¿Qué hago mal?" No obtuve respuesta, o eso creo, decidí buscarla el próximo día en vasos de tubo; me dije a mi misma apagando la luz, cerrando los ojos y teniendo tu imagen.

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